Las estrategias de comunicación en los catálogos de Navidad y Reyes
Los catálogos de Navidad y Reyes están evolucionando y adaptándose a las tendencias sociales del momento, algo que la experta María Costa analiza en un artículo para la Spielwarenmesse Magazine.
Los catálogos de juegos y juguetes que la distribución prepara para reforzar las ventas de cara a la Campaña de Navidad están evolucionando al mismo ritmo que lo hacen las tendencias de mercado y la sociedad. Ante este contexto, María Costa, directora del departamento de consumidor infantil y ocio de AIJU y experta juguetera, señala para el magazín de Spielwarenmesse algunas tendencias que destacan en la actualidad y que, sin duda, refuerzan la interacción de niños y adultos con las marcas.
Más interactividad y más tecnología
Los catálogos con actividades o sección de carta a los reyes magos han existido siempre. No obstante, este tipo de entretenimiento está evolucionando hacia un nuevo modelo en el que la interactividad del niño con el catálogo crece cada vez más, ofreciendo un nivel de juego único. Por ejemplo, estas herramientas empiezan a complementarse con aplicaciones móviles que permiten escanear iconos y dibujos y, a través de la realidad aumentada, ver cómo aparecen personajes en movimiento. Además, a menudo las mismas aplicaciones permiten al usuario jugar a juegos, pasear de forma virtual por una tienda o descubrir detalles sobre algunos juguetes.
De otro lado, también encontramos otros catálogos en los que se incluyen actividades DIY (Do It Yourself), las cuales muestran el potencial del juego y el juguete y ofrecen ideas para expandir las posibilidades de un producto, llamando la atención también de adultos.
Más responsables a nivel social
Los aspectos de carácter social también tienen influencia en los catálogos que se desarrollan en la actualidad. Gracias al trabajo de grandes organizaciones internacionales y la presión de miles de comentarios en las redes, los distribuidores se fijan cada vez más en cómo muestran los productos. Con ello, se procura hacer frente a aspectos como las diferencias de género o el racismo, algo que no sólo beneficia a los propios distribuidores, sino también a la sociedad y sobre todo a la infancia.