El consumidor en la era de los ‘más’
Los hábitos de consumo están cambiando y el comprador es cada vez más reflexivo y racional ante la adquisición de un producto o la contratación de un servicio.
La consolidación de las últimas tecnologías, en constante evolución, el alto grado de penetración de los smartphones y el crecimiento de las redes sociales están provocando, junto con el comercio electrónico ya más que asentado, grandes cambios en los hábitos de consumo de los usuarios. El consumidor actual, mucho más reflexivo y racional a la hora de realizar una compra, dispone de más herramientas para tomar la mejor decisión posible. Así, el consumo y el consumidor se encuentran en la era de los ‘más’:
Más acceso a la información
Los avances en las tecnologías de la información permiten una mayor accesibilidad a la información en la red, y el consumidor dispone de una ‘masa’ de información que le ayuda a construir su propio conocimiento. Actualmente existen múltiples opciones y las búsquedas del consumidor son más exhaustivas, ofreciéndole libertad en su decisión.
Más protagonismo del consumidor
La convivencia de las redes sociales con las comunidades virtuales, y la consolidación de diferentes canales de interacción, ha provocado importantes cambios en el rol de los consumidores, que ha pasado de ser un mero receptor, a convertirse en gestor y productor de contenidos, tendencias y valores. El consumidor puede opinar, valorar y criticar públicamente, y las marcas quedan más expuestas y deben reinventarse.
Más personalización
Los consumidores buscan valor añadido ante la amplia oferta y características de los productos. La personalización es muy importante para el usuario, y por este motivo las firmas deben conocer el perfil de estos consumidores y los cambios en sus preferencias, así como tener presentes los canales por los que prefieren recibir la información.
Más rapidez
En la era de la tecnología y la información, los consumidores están acostumbrados a recibir inputs en todo momento, por lo que no quieren perder el tiempo. Todo tiene que ser fácil y cómodo, y si una plataforma o una página web falla, se cuelga o va extremadamente lenta, no podrán retener al consumidor. Además, probablemente, éste no volverá a visitar la página en un futuro.