Las start-ups españolas, entre las que menos duran de Europa
En España hay cada vez más start-ups, pero su media de vida es de tan solo dos años. Así, mientras que la creación de empresas está entre las más altas de Europa, también lo está su desaparición.
Emprender es algo que se puso de moda y no ha cesado. Así como el número de “emprendedores” que hay en España. Sin embargo, según el “Mapa de emprendedores” en España, solamente un 5 % de las start-ups españolas llega a los cinco años de vida, y un 15 % de estos no supera ni siquiera el primero. Son datos extraídos de un informe publicado por Spain Startup-South Summit, que ha analizado a nada menos que 1.252 startups españolas. Y es que como bien reflexiona sobre ello Javier López Menacho, autor de La farsa de las startups, "Silicon Valley ha impactado en la creación de imaginarios sociales de emprendedores de éxito (...). En el mundo de las start-ups se ha creado un sucedáneo del sueño americano".
La RAE define start-up como empresa de reciente creación y base tecnológica, y el motivo por el que han surgido tantas en los últimos años, según varios expertos, se debe a la inminente respuesta que se le dio a la crisis, según ha indicado Enric Serradell-López, profesor de los Economía y Empresa de la UOC, que añade que “la autoocupación fue para muchos la única solución para incorporarse nuevamente al mercado tras una crisis económica y unas tasas de paro muy elevadas. En relación a esto, según el barómetro de emprendedores de diciembre del 2019 del Ministerio de Economía y Empresa, casi un tercio de las iniciativas entre los españoles tiene la “necesidad” de emprender (un 22,6 % de los encuestados), mientras que la mayoría asegura que se trata de una “motivación” para aprovechar la oportunidad de negocio detectado en los últimos años (el 70,7 %).
Mejorar el emprendimiento
Parece que el discurso viene siendo algo así como “emprende y triunfarás”. Pero lejos de eso, según el barómetro del 2019, la vida media de las empresas emergentes es corta: en España es de 2 a 3 años, y en Europa, entre 2 y 4 años. Además, la dinámica de creación y destrucción de las empresas es de las más altas (solo nos supera el Reino Unido).